viernes, 16 de julio de 2010

SIEMPRE MADRE, VIRGEN DEL CARMEN

Cual flor perenne en el año,
desprendes amor en esa mirada tuya, que
todos buscamos, cuando ya no tenemos nada.
Sabemos de tu bondad, de tu cariño
hacia TODOS, por eso correspondemos MADRE,
llevándote en nuestro pensamiento, en
nuestro corazón.
Señora de todos, no nos dejes solos,
abríganos con tu manto, protégenos en
estos tiempos difíciles, cual madre a sus retoños.
Nos quedas Tú, Madre, amiga, confidente
de mis pensamientos, guía de mis dudas y
mis miedos.
Habla con tu Hijo y perdona nuestras
maneras de ser. Ayúdanos a ser
mejores personas en esta vida tan corta
como preciosa. De Ti aprendemos
que el final de todo eres Tú.
Quisiera que en mi último día de vida,
en el último momento de mi existencia,
me recibieras con esa mirada de amor
y ternura, cual madre que ve a su hijo
por primera vez.
Una madre me trajo al mundo y otra
me recoge de él para enseñarme que
la muerte no es una tragedia, sino una
ventana a otro mundo eterno.
Gracias Madre, gracias Virgen del Carmen.

Eduardo Antonio López Ceballos